En eso coinciden varios legisladores del Partido Nacional, los sindicatos nucleados en la Federación Nacional de Trabajadores del Juego y hasta algunos sectores del Frente Amplio donde estas presuntas irregularidades se comentan por lo bajo.
Entre algunos sectores del FA se comenta, tras bambalinas, el lobby que realizan los propietarios de estas máquinas que llegaron a financiar campañas políticas y hasta solventar la impresión de listas partidarias. Una opinión similar tiene el diputado blanco Jorge Gandini quien aseguró que “desde el gobierno no se quiere prohibir la presencia de máquinas tragamonedas en bares o cantinas porque los operadores del negocio del juego ilegal tienen una fuerte influencia en el oficialismo”.