La ruleta gira más despacio; el crupier ralentiza el reparto de cartas; el vendedor de la ONCE llega más tarde a casa; las devoluciones de las administraciones de Lotería son cada vez mayores… El sector del juego no vive sus mejores momentos en La Rioja. Tampoco en España. Al menos el tradicional, el que forman los productos comercializados por Loterías y Apuestas del Estado (LAE), la ONCE, los casinos, bingos y máquinas tragaperras. Todos están de capa caída.
Pero, ¿han dejado los riojanos de jugar? La respuesta es no. Lo que han hecho ha sido cambiar sus preferencias y las nuevas tecnologías han jugado en ese proceso un papel básico. Así, mientras que el sector tradicional trata de adaptarse para frenar el desplome de su negocio, el juego on line duplica año a año su facturación. Sólo durante el 2013 en el conjunto del Estado (las cifras no están desagregadas por comunidades) se apostó a través de Internet más de 5.600 millones de euros, es decir, más de cuatro veces el presupuesto con que contará La Rioja para el próximo ejercicio. Y la tendencia del mercado es seguir creciendo. Durante los nueve primeros meses del 2014 ya se han jugado 4.710 millones de euros, 500 millones más que en el mismo periodo del año anterior.
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